Kurt Krenn, obispo de Sankt Pölten, Austria, hizo una defensa pública y a brazo partido de la secreta secta católica, la que según el prelado se ocupa, muy oportunamente por cierto en nuestros días, del importante asunto de los ángeles y los demonios.
El Opus Dei, desde hace ya unas dos décadas que ha venido fortaleciendo un poderoso grupo de operaciones que tiene su sede en Austria: el Opus Angelorum. Aunque esta revelación nos parezca un disparate francamente delirante, nos consta que su manual de trabajo describe minuciosamente unos 300 ángeles y demonios que no sólo luchan entre sí, sino que cada uno cumple funciones bien específicas en el universo. Algunos demonios están encargados, por ejemplo, de grupos étnicos como "los judíos y los gitanos".
También se refiere el mencionado libro de cabecera de los Opus Angelorum a ciertos oficios y profesiones que son calificados como "especialmente sensibles a radiaciones demoníacas", entre ellos figuran en forma destacada los periodistas, los escritores y los publicistas. Agrega el insólito texto que también en el reino animal están particularmente influidos por los demonios "los gatos grises, manchados y negros, las gallinas manchadas y negras, los cerdos, los perros de pelo corto, las ratas, las culebras y las moscas". Todo esto que parece escapado de las profundidades del Medievo es una realidad del siglo XXI, lo que demuestra la inmortalidad de la superchería y el oscurantismo, pese a los evidentes avances de la humanidad hacia la luz del saber, la tolerancia y el conocimiento científico.
Algunos desertores de la secta Opus Angelorum, quienes han huido despavoridos de la misma, afirman que ésta es claramente una organización de la ultraderecha del Opus Dei y que "sus seguidores son presionados síquicamente y el miedo es la herramienta con que manejan a la gente". Se financia con el aporte mensual de sus miembros, pero, principalmente, con dineros donados por algunas empresas, entre las que se encuentra la fábrica de alimentos infantiles más importante de Europa.
Kurt Krenn, obispo de Sankt Pölten, Austria, hizo una defensa pública y a brazo partido de la secreta secta católica Opus Angelorum, la que según el prelado se ocupa, muy oportunamente por cierto en nuestros días, del importante asunto de los ángeles y los demonios. "Hay que darles un espacio para desarrollarse", afirmaría en su momento el desaparecido purpurado.
La secta secreta tiene su centro mundial en la provincia de Tirol y contaría con unos 50 mil seguidores en la república alpina y, según sus líderes, un millón en el mundo.
La secta ha encontrado en el obispo de Innsbruck, Reinhold Stecheir, su mayor y más encarnizado adversario. Stecheir abiertamente prohibió la difusión de sus creencias en la diócesis que encabeza. Y no titubeó un segundo en asegurar que el "Manual del ángel", publicado por esa secta, ayuda a "demonizar" el universo y es un "salto atrás hacia la época de la brujería, irreconciliable con la doctrina cristiana".
El obispo Krenn, quien negaba pertenecer a la misma, apuntaba por su parte que "si la obra es de Dios no se podrá destruir y si no lo es se destruirá sola". Sintomáticamente, la difusión del "Manual del ángel" fue prohibida por la Conferencia Episcopal de la República Federal de Alemania, lo que habla a las claras de lo impresentable de su catadura.
Opus Angelorum cuenta con 50 obispos en el mundo entero, pero la oscura organización se ha negado a divulgar sus nombres, dado que su propósito fundamental es "penetrar secretamente en la Iglesia hasta cambiar su dirección", según afirma Heiner Boberski, el principal investigador del misterioso grupo católico. La olla podrida fue destapada hace unos años tras la presentación de un libro de investigación sobre la secta. En él se hace referencia al "Manual del ángel", que puede definirse como un auténtico diccionario de magia y superstición medieval. Austria se encuentra aún bajo un potente influjo hitlerista. Y es quizás la nación de Europa con mayores niveles de racismo y neonazismo militantes. No es raro pues que este ejército secreto de la Obra de San Josemaría Escrivá de Balaguer, marqués de Peralta, nacida al calor del totalitarismo franquista y difundida en América Latina a la sombra de las peores dictaduras de que se tenga memoria, encuentre su Belén en esa sociedad ultraderechista de los Alpes.
Sabemos que existen en Chile grupos activos de Opus Angelorum, bien cuidados y protegidos, que salmodian su manual cavernario en templos y cenáculos secretos. Hay en Santiago y regiones indicios de su presencia y se sabe de su infiltración en grupos de poder y enclaves autoritarios. Con toda seguridad, uno de esos 50 obispos con que cuenta sea un compatriota nuestro. No olvidemos que el pinochetismo fue el mejor caldo de cultivo para la proliferación de grupúsculos de esta naturaleza, y que el auge del Opus Dei se estableció fuertemente durante el terrible régimen bonapartista que dirigiera el extinto general.
Por Antonio Gil en LaNación.cl (12/09/2010)
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