Entretanto, el secreto de Guayacán había trascendido por la prensa al público, como resultado de un encadenamiento de situaciones extrañas, iniciadas con la visita del experto que los dos hermanos consultaron en Santiago, a las oficinas del Director de la Biblioteca Nacional. Contó allí la traducción de la placa. El Director de la Biblioteca entendió que debía intervenir y encargó a Ricardo E. Latcham (padre), funcionario de su organismo, que averiguara el asunto.
Ricardo E. Latcham - profesor, arqueólogo, historiador, de nacionalidad inglesa - visitó la región y se entrevistó con Manuel Castro, pero al poco tiempo debió volver por orden del Ministerio de Educación.
Ya en Santiago se presentó ante el ministro, quien le notificó que Investigaciones tomaría en sus manos el caso.
Latcham, muy sorprendido de que se encargara a la policía un asunto de orden más bien arqueológico, escribió a la hermana de Manuel Castro, advirtiéndole la posibilidad de interrogatorios y molestias.
La respuesta no demoró en llegar, ahondando aún más el enigma de Guayacán. Rita contaba que su hermano había desaparecido con todos los documentos y objetos coleccionados en la prolongada búsqueda del tesoro. Se perdió en el tiempo. Latcham, por su parte, escribió un libro en que relata todo lo que supo y vió en su misión. De él se extractaron fielmente los datos de esta versión.
Los años han pasado y las incognitas se mantienen. Después de Manuel y Rita, otros se lanzaron a la aventura en Guayacán. Formáronse sociedades comerciales, algunas encabezadas por parlamentarios y hombres de pro, con el único resultado de dejar la playa "llena de hoyos". En todo caso, el interés persiste. Ya casi no se consiguen ejemplares del libro de Latcham, y en la Biblioteca Nacional no lo facilitan al público. Quien quiera reemprender la búsqueda del tesoro de Guayacán deberá comenzar por ofrecer una suculenta suma, casi un tesoro, por un ejemplar del libro de Latcham. Por último, quién sabe si lo ocurrido se debe a un pícaro pirata que dejó un mensaje, pero no un tesoro, a menos que filosófica o diabólicamente considerara como tal a los hombres decapitados que allí enterró.
TRANSCRIPCIÓN DE LA REVISTA "ST" DE SEPTIEMBRE DE 1973.
El Tesoro de Guayacán Parte 1.
El Tesoro de Guayacán Parte 2.
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hola, finalmente quepaso con los documentos que se transcribbieron??..muy interesante su publicacion...mi nombre es carolina soy de serena ( 78325843), en mi familia igual hay varias pistas, me interesa si tiene algo de informacion...saludos
ResponderEliminarNo sé más que lo que aparece en los medios y lo encontré en la revista de donde transcribí el texto. De todos modos, me acuerdo que en TVN Red Coquimbo hicieron una nota que la mostraron en el programa Chile Conectado. Lo fome es que no lo tienen en el archivo online de su página.
ResponderEliminarSaludos!
Castro murio en Iquique bajo el nombre de Maximiliano Cortes del Valle, los últimos manuscritos los tengo yo.
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